¿Pertenecer o no?

En algunos casos, pertenecer a una clase social es suficiente para acceder a ciertas oportunidades sin necesidad de atravesar un proceso de selección que acarree pruebas de aptitud o de capacidad. Si bien esto puede parecer injusto y de hecho priva a millones de personas de mejorar su calidad de vida, algunas historias inclinan la balanza de forma inesperada.

Por ejemplo, existen universidades conocidas por enfocarse en el dinero por sobre la formación, de manera que sus estudiantes acceden a los cursos gracias a contar con un poder adquisitivo considerablemente alto, sin que importe tanto su rendimiento académico anterior. Por otro lado, los estudiantes de bajos recursos que deben esforzarse para dar cada paso en su formación, pueden sentir el orgullo de haber conseguido un título que realmente merecen.

El resto de las especies no apelan a la división en clases sociales, sino que se enfocan lo que cada individuo puede aportar por mérito propio a cada momento de su vida. De hecho, los líderes de las manadas siempre son puestos a prueba hasta que eventualmente alguien (generalmente más joven) les quita el trono .

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